Gingivitis y enfermedad periodontal



Descripción

Ambas son entidades que afectan a uno o a varios de los tejidos que sujetan el diente a los maxilares.

En el primer caso, se denomina gingivitis, a la inflamación de la encía generalmente causada por el acúmulo de placa bacteriana entre ésta y el diente. Normalmente ocurren cambios en cuanto a la forma, consistencia y coloración de la encía. Ésta se vuelve más grande, más hinchada y más rojiza por lo general, dejando a un lado el típico color rosa coral del tejido sano. Es muy frecuente que sangre al mínimo contacto, pero salvo casos puntuales, no suele producir grandes molestias para el paciente.

A diferencia de lo que ocurre en la enfermedad periodontal, en este caso no se afecta el hueso que sujeta el diente y es un proceso reversible, cuando se consigue mantener una higiene eficaz y eliminar la placa bacteriana del surco gingival, en el plazo de una semana aproximadamente el proceso va desapareciendo y el tejido vuelve a la normalidad. Unas encías sanas no deden sangrar.

 

La enfermedad periodontal o lo que se conoce vulgarmente como piorrea, podría decirse que es una fase más avanzada que la anterior. Causada por el acúmulo de placa bacteriana y la respuesta del organismo a la presencia de ésta.

No todo el mundo va a padecer enfermedad periodontal, para desarrollarla no sólo es necesario el acúmulo de placa, si no también tener una predisposición orgánica genética para ello.

En este caso no sólo se afecta la encía si no también el resto de tejidos que sujetan el diente, como son el ligamento periodontal y el hueso alveolar; ésta es la principal característica diferencial con la gingivitis. Además se produce normalmente una separación entre la encía y el diente, que se denomina bolsa periodontal. Suele tener una profundidad de 4 o más milímetros.

 

Por supuesto en esta afección también se observa generalmente inflamación gingival, hemorragia, e incluso supuración. El avance de la enfermedad es habitualmente lento, pero en fases avanzadas, dada la gran pérdida de soporte del diente otro signo que se observa es la movilidad del diente afectado.

 

Diagnóstico

Es clínico y radiográfico, al comprobar la existencia de bolsas con un instrumento específico denominado sonda periodontal, así como al observar la hemorragia, supuración gingival y ocasionalmente movilidad del diente. Radiográficamente se confirma al ver un nivel de hueso más bajo de lo normal.

Es muy importante una detección precoz, para así instaurar un tratamiento eficaz y evitar que la enfermedad siga avanzando. Salvo casos concretos el tejido periodontal perdido no se recupera.

El tabaco puede aumentar el riesgo de padecerla aproximadamente unas siete veces.