La técnica



En cuanto a la higiene dental, es imprescindible limpiar los dientes como mínimo una vez al día,y el momento más importante por la noche antes de dormir,pero es muy aconsejable por lo menos dos, dedicando a esta tarea al menos 4 minutos. Por supuesto estos parámetros son variables, y pueden depender del estado de salud de la boca, del número de dientes presentes y especialmente de la susceptibilidad o predisposición a sufrir enfermedades dentales, esto varía mucho de una persona a otra.

Es conveniente intentar seguir siempre una misma secuencia al lavarlos, para no dejar zonas sin limpiar. Por lo general, primero la unión entre la encía y los dientes, posteriormente las caras de fuera, las caras de dentro, y finalmente las caras que mastican, sin olvidar un suave masaje de la lengua.

Se comienza inclinando las cerdas del cepillo unos 45 grados, de forma que busquen introducirse ligeramente en la unión entre la encía y los dientes. Con un movimiento de vaivén o circular, limpiando la placa bacteriana que se introduce en esa zona. Es importante no forzar las cerdas especialmente aquí, para no traumatizar los tejidos blandos.

En cuanto a los dientes propiamente dichos, en general es aconsejable minimizar los movimientos horizontales. El cepillo de dientes no es muy efectivo si uno intenta abarcar muchos dientes al mismo tiempo, es preferible limpiar 2 o 3 dientes cada vez, con movimientos verticales, desde la encía hacia el diente, pasando unas 8 o 9 veces en cada grupo. Esto se realiza en las caras de dentro y fuera de los dientes.

Finalmente, las caras que mastican se limpian de manera horizontal y sin inclinar el cepillo, pasando unas cuantas veces por cada lado.

Es muy importante prestar especial atención a la unión entre la encía y el diente puesto que es una zona difícil de limpiar especialmente en los molares inferiores por dentro.

 

Factores que afectan a la salud dental

Un buen hábito es cepillarse los dientes justo después de las comidas para reducir el tiempo que el alimento queda en la boca.

Existen sustancias que poseen un alto potencial cariogénico. Entre ellas están la sacarosa y la glucosa. Estos azúcares están presentes en productos que presumiblemente contienen azúcar como las golosinas, pero también en alimentos envasados o preparados.

Productos pegajosos, como chicles con azúcar o caramelos, favorecen más el riesgo de caries,así como refrescos azucarados.

Desde el punto de vista de la salud dental, no es bueno comer entre horas, ya que de esa manera existen restos de alimentos durante más tiempo en la boca y puede aumentar el riesgo de caries.

Tomar azúcar refinado es menos aconsejable que el azúcar moreno.

Lo anterior no sustituye, sino que complementa medidas como el  cepillado.